Empecé a investigar y a formarme sobre crianza respetuosa y Disciplina Positiva, primero para mi familia, pero después sentí la necesidad de acercarlo a más familias que pudieran buscar algo similar. De modo que mi búsqueda personal me ha transformado profesionalmente y me ha llevado a buscar herramientas eficaces que se adapten a la diversidad de cada familia. Mi experiencia me demuestra que se puede ser firme y cariñoso al mismo tiempo.

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La otra área de especialidad, o mi otra pasión, es el estudio y los procesos que intervienen durante el proceso de aprender algo. Entender cómo funciona el cerebro y la memoria y cómo eso se puede aplicar para que los estudiantes mejoren sus resultados es el principio del que nace el programa Estudiar con sentido. La idea de este programa es conseguir que un estudiante de cualquier nivel (opositor, universitario o escolar) se sienta orgulloso de su propio esfuerzo y los resultados acompañen el esfuerzo.  

Esa autonomía y responsabilidad de los estudiantes redunda en una mejor relación familiar y las buenas relaciones familiares influyen en los buenos resultados de los hijos.

 

De modo que, aun siendo dos áreas bien diferenciadas, se interrelacionan directamente. Sobre todo, porque pertenecen las dos al apasionante mundo de la educación. Recordando algún profesor universitario que tuve, puedo decir que yo no estudié pedagogía, sino que SOY pedagoga, porque forma tanto parte de mí que lo soy en el trabajo, en mi casa y también en mi tiempo libre.